martes, 26 de octubre de 2010

Scientia potentia est


El conocimiento es poder

Si tuviera que elegir una cita latina como lema personal, me quedaría, sin duda, con Scientia potentia est, el conocimiento es poder. La misma es susceptible de muchas interpretaciones, pero yo la refiero a la capacidad del conocimiento de mejorar tanto nuestras habilidades y condiciones de vida como las de aquellos que nos rodean. Creo que ese sentido es cercano al que pretendía su autor. La frase procede de la pluma de ese brillante y enigmático personaje que fue el inglés Francis Bacón (1561-1621), a quien con igual justicia podríamos llamar abogado, político, ensayista, historiador, reformador intelectual, filósofo o fundador de la ciencia moderna. Bacon fue una mente brillante que reconoció las limitaciones y el anquilosamiento de los sistemas intelectuales de su tiempo y su incapacidad de aumentar el saber humano. Fue, en consecuencia, un crítico acérrimo del humanismo de su tiempo que, lejos de las ideas de las grandes mentes del Renacimiento, se encerraba en un culto inútil a la Antigüedad como única fuente de conocimiento. Bacon desarrolló, por oposición, una vía empírica para la obtención de verdades de la misma naturaleza que sería la base del moderno método científico.

Todo el conocimiento es mi provincia

Bacón afirmó en una carta a un pariente: "he tomado todo el conocimiento como mi provincia". No se trataba de un alarde vacío. Para remplazar a la educación tradicional -consistente en una mezcla de escolástica, humanismo repetitivo, y una visión casi mágica de la naturaleza-, Bacon propuso un sistema completamente nuevo basado en principios empíricos e inductivos y en el desarrollo activo de las nuevas artes e invenciones, un sistema cuyo objetivo final sería la producción de conocimientos prácticos para "el uso y beneficio de los hombres" y el alivio de la condición humana. Todo ello no significa que Bacon fuera un enemigo del verdadero humanismo, por el contrario, siempre fue un dedicado estudioso de la Antigüedad, pero lo suficientemente inteligente como para aprovechar sus conocimientos y no limitarse sólo a rendirles un tributo vacío. En ese sentido, creo que Bacon representó la verdadera culminación de los ideales del humanismo renacentista.

La desigual distribución del conocimiento

Alguien podría objetar que el desarrollo científico y económico que ha sido uno de los resultados de las ideas de Bacon ha proporcionado a la humanidad muchos males y problemas. Eso es indiscutible, pero creo que los beneficios han sido mucho mayores y que gran parte de los problemas contemporáneos derivan antes de nuestra ignorancia que de los productos del conocimiento. El principal problema es la desigual distribución del “saber” a escala mundial, mucho más injusta todavía que la de la riqueza. Mientras no se logre mayor igualdad en ese plano, el destino de la humanidad siempre estará en peligro.

En mis momentos de mayor optimismo me gusta creer que este blog puede realizar una ínfima contribución para inspirar a otros a seguir el camino del conocimiento y a contribuir a difundirlo.

2 comentarios:

Heli dijo...

El optimismo del bloguero esta completamente justificado, este blog ilumina como faro en las procelosas aguas de Internet. Y bueno gracias a la ciencia ahora arrasamos nuestro medio con más rapidez y eficiencia pero vivimos mejor que nunca antes en la historia, al menos en la mayoría de sociedades del planeta. Hay una entrada muy buena en La pizarra de Yuri sobre la vida antes de nuestra sociedad tecnificada.

Darío dijo...

Heli, muchas gracias por tu comentario, aunque creo que mi blog no merece tus elogios. Es un honor tenerte como lector!