martes, 23 de junio de 2009

10 razones tradicionales y 6 inesperadas por las que empezar a aprender latín hoy



Algunos alumnos me preguntaron cuáles podrían ser las razones para que hoy en día todavía se estudie latín, la lengua de un pueblo ya desaparecido, en lugar de otros conocimientos más prácticos. Los defensores del latín no han carecido tradicionalmente de argumentos. Presento aquí un breve compendio de 10 razones utilizadas normalmente para justificar su estudio y añado otras 6 que creo originales y que ayudaron mucho a convencer a mis alumnos.

Razones tradicionales

1 - El latín es antepasado directo del español y su estudio nos ayuda a acrecentar el dominio y comprensión de nuestra propia lengua.

2 - El dominio de la gramática latina puede contribuir a hacernos más cuidadosos y correctos en el uso del español.

3 - El latín es la base para conocer la etimología de las palabras españoles y, de esta manera, la historia de nuestra lengua.

4 - El estudio del latín es una buena base para el aprendizaje de idiomas extranjeros modernos, especialmente aquellos que también derivan del mismo, como el portugués, el italiano, el francés o, incluso, el rumano.

5 - El latín está, todavía hoy, omnipresente y juega un papel muy importante en el lenguaje culto y académico.

6 - El estudio del latín permite familiarizarse con una cultura antigua que ha contribuido en forma central a la formación de la “cultura occidental”.

7 - El latín es una lengua prestigiosa. A pesar de todas las críticas y ataques que el latín sufrió en este sentido en las últimas décadas, sigue conservando un aura aristocrática que distingue a los que la dominan.

8 - El latín es una herramienta imprescindible para el conocimiento de la historia europea en todos sus períodos.

9 - El dominio del latín es la llave para acceder a una de las literaturas más ricas de la historia universal.

10 - El estudio del latín fomenta el pensamiento lógico.

Razones inesperadas

1 - El estudio del latín es muy divertido.

2 - El dominio del latín es imperativo para los fanáticos de la serie Lost, pues los “otros” hablan latín.

3 - El latín es todavía una lengua viva y podría algún día ser la lengua de internet.

4 - Harry Potter sabe latín.

5 - Conocer latín será muy útil cuando viajar en el tiempo sea posible (para ir al pasado, por supuesto).

6 - Porque es inútil. No contribuye al desarrollo de productores o consumidores para la sociedad globalizada del siglo XXI. Sin embargo, ayuda a formar personas inteligentes y críticas que tienen la capacidad de observar con mayor objetividad el mundo contemporáneo porque se han sumergido en el estudio de uno que es, en cierta forma, muy semejante y, en otra, muy diferente, del nuestro.

¿Qué otras razones cree el lector que podrían presentarse?

lunes, 22 de junio de 2009

Latin Quotes


Si bien en esta página siempre doy primacía a mi especial amor por la lengua latina, tengo que confesar que también soy un gran admirador de la lengua inglesa. Motivado por esa admiración, por el deseo de mantenerme activo en la escritura en ese idioma y, finalmente, por el afán de ampliar el público de este blog también hacia aquellos que no comprenden el español, he creado una versión inglesa de Citas Latinas: Latin Quotes. En este nuevo blog publicaré regularmente traducciones de las mejores entradas de Citas Latinas y algunas cosas más. Si deseáis practicar vuestro inglés, no dejéis de visitarlo. Espero que os guste. Agradeceré todos vuestros comentarios, críticas y sugerencias para mejorarlo. Por ahora el diseño se mantiene muy minimalista, pero espero cambiarlo en el futuro.

jueves, 18 de junio de 2009

Maldita sed de oro (auri sacra fames - Virgilio, Eneida, III, 57)

Poliméstor arroja el cuerpo de Polidoro al mar
grabado del s. XVII

Para continuar con la serie de entradas sobre frases latinas que son moneda común en el lenguaje culto y académico, presento una que me parece de gran actualidad.


Cuando Eneas relata en Cartago ante Dido la historia de sus desventuras y del saqueo de Troya, Virgilio pone en boca de su héroe estas palabras para describir el brutal asesinato de Polidoro, uno de los hijos del rey Príamo, a manos del rey Tracio Poliméstor:


quid non mortalia pectora cogis / auri sacra fames!


a qué no impulsas a los mortales, ¡maldita sed de oro!


Polidoro había sido enviado por sus padres a la corte de Poliméstor con grandes riquezas, para que no sufriera las consecuencias de la guerra en Troya. Al enterarse de la caída de la ciudad, Polimestor le dio muerte para apoderarse de ese tesoro. La frase es repetida por Séneca y se convirtió, ya en la Antigüedad, en un proverbio.


La historia es relatada, con más detalles, en un magnífico pasaje de las Metamorfósis de Ovidio:


Est, ubi Troia fuit, Phrygiae contraria tellus


Bistoniis habitata viris: Polymestoris illic 430


regia dives erat, cui te commisit alendum


clam, Polydore, pater Phrygiisque removit ab armis,

consilium sapiens, sceleris nisi praemia magnas


adiecisset opes, animi inritamen avari.


ut cecidit fortuna Phrygum, capit inpius ensem 435


rex Thracum iuguloque sui demisit alumni


et, tamquam tolli cum corpore crimina possent,


exanimem scopulo subiectas misit in undas.


Hay, donde Troya estuvo, una tierra contraria a la de Frigia, habitada por los varones bistonios. De Poliméstor allí el real rico estaba, a quien te encomendó tu padre para que te educara a escondidas, Polidoro, apartándote así de las frigias armas, un plan sabio si grandes riquezas -botín de su posterior crimen- no hubiera añadido. Impulsado por un espíritu avaro, cuando cayó la fortuna de los frigios, cogió el impío Poliméstor, rey de los tracios, su espada y en la garganta de su protegido la hundió. Y como si junto con el cuerpo pudiera desprenderse de su culpa, lo lanzó exánime por una peña a las sometidas olas.


Se dice que son clásicas aquellas obras que permanecen siempre actuales. En épocas como la presente, en que la desmedida especulación a escala planetaria ha generado una crisis económica de proporciones descomunales y que afecta, sobre todo, a los más pobres y débiles, la frase que aquí tratamos prueba, más allá de dudas, la actualidad de Virgilio y Ovidio. Los hombres siguen dispuestos a todo para saciar su sed de oro.

jueves, 11 de junio de 2009

La Preocupación, una fábula de Higino


Las fábulas de Higino son una colección de breves versiones de los mitos clásicos más importantes, redactadas, probablemente, en el siglo II d. C. Esta obra presenta aspectos de crucial interés, que han contribuido a darle una cierta relevancia como fuente, por encima de sus indiscutibles limitaciones. El más importante de estos aspectos es la información única que Higino nos proporciona sobre numerosas versiones y variaciones de diferentes historias, reflejando los desarrollos más tardíos y literarios de las diversas tradiciones y ciclos míticos. Una de las más bellas historias recopiladas por Higino es la presentada en la fábula 220. Se trata, posiblemente, de un relato de origen popular romano. El mismo no forma parte del corpus de mitos clásicos y, por lo tanto, no es referido por otros mitógrafos.


220 - CVRA


Cura cum quendam fluuium transiret, uidit cretosum lutum, sustulit cogitabunda et coepit fingere hominem. dum deliberat secum quidnam fecisset, interuenit Iouis; rogat eum Cura ut ei daret spiritum, quod facile ab Ioue impetrauit. cui cum uellet Cura nomen suum imponere, Iouis prohibuit suumque nomen ei dandum esse dixit. dum de nomine Cura et Iouis disceptarent, surrexit et Tellus suumque nomen ei imponi debere dicebat, quandoquidem corpus suum praebuisset. Sumpserunt Saturnum iudicem; quibus Saturnus secus uidetur iudicasse: Tu Iouis quoniam spiritum dedisti . . . . . . . . . . corpus recipito. Cura quoniam prima eum finxit, quamdiu uixerit Cura eum possideat; sed quoniam de nomine eius controuersia est, homo uocetur quoniam ex
humo uidetur esse factus.


220 - La Preocupación


Cierto día que la Preocupación quería atravesar un río, vio una tierra arcillosa, se detuvo meditabunda y comenzó a modelar un hombre. Mientras deliberaba consigo misma qué cosa había hecho, intervino Júpiter; y Preocupación le suplicó que diera espíritu a su creación, y Júpiter aceptó cumplirle su deseo. Cuando Preocupación quiso dar al ser que había modelado su propio nombre, Júpiter lo prohibió y dijo que debía dársele el suyo. Mientras discutían Preocupación y Júpiter, también la Tierra se incorporó a la discusión, diciendo que debía serle impuesto su nombre, puesto que ella había proporcionado su propio cuerpo para la factura del nuevo ser creado. Decidieron nombrar juez a Saturno, pues a ellos les parecía que éste siempre había juzgado con justicia, el dios decretó lo siguiente: “Tú, Júpiter, puesto que le diste alma, recibe el alma después de la muerte; la Tierra, puesto que proporcionó el cuerpo, recibirá el cuerpo. En cuanto a la Preocupación, puesto que ella lo modeló primeramente, lo posea mientras él viva; en cuanto al nombre de este ser, ya que la controversia es respecto a su denominación, sea llamado hombre (homo), puesto que es evidente que ha sido hecho de tierra (ex humo).

(Higino, Fabulae, ed. Alción, Córdoba - Traducción de Diego Márquez y Darío Sánchez)

viernes, 5 de junio de 2009

¿Cien años de citas latinas? - Memento mori


Agradezco los generosos comentarios, felicitaciones y buenos deseos por el primer cumpleaños de citas latinas. Un lector (Heli, de Etiópica) afirma, incluso, su deseo de que este blog prosiga por cien años más. Nada me gustaría tanto como alcanzar ese objetivo, pero soy escéptico de que pueda lograrlo. Tengo muy presente la máxima latina memento mori, recuerda que morirás.

 El sentimiento trágico de la brevedad y fragilidad de la vida humana es omnipresente en la cultura grecorromana y se hace visible en gran diversidad de manifestaciones. La frase a la que me refiero hace su aparición, en diversas versiones, en las lápidas latinas del período imperial, por ejemplo:


 Qui legis hunc titulum, mortalem te esse memento.

 Tú, que lees esta inscripción, recuerda que eres mortal

 

Otro ejemplo:


 Viator, viator! Quod tu es, ego fui; quod nunc sum, et tu eris

 ¡Viajero, viajero! Lo que tú eres, yo lo fui; lo que ahora soy, tú lo serás

 

 La muerte aparece aquí como la gran destructora y niveladora, ciega a las pretensiones y ambiciones humanas, frente a la cual toda resistencia es fútil. Este sentimiento es recurrente en la literatura latina. Uno de los pasajes en que, a mi juicio, es expresado con mayor belleza poética es el final de la Oda I.4 de Horacio:


 Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas 

  regumque turris. O beate Sesti,

uitae summa breuis spem nos uetat inchoare longam.               15    

 Iam te premet nox fabulaeque Manes

et domus exilis Plutonia, quo simul mearis,    

  nec regna uini sortiere talis

nec tenerum Lycidan mirabere, quo calet iuuentus     

 nunc omnis et mox uirgines tepebunt.         

 

La pálida muerte golpea con el mismo pie las chozas de los pobres y las torres de los reyes. La breve suma de nuestra vida nos impide, dichoso Sestio, albergar grandes esperanzas. Ya te alcanzan la noche y los fabulosos Manes y la hostil residencia Plutonia, en la que, cuando hacia allí hayas partido, no serás más sorteado para escanciar el vino, ni admirarás al tierno Lycidas, por quien todavía toda la juventud se abraza y del que pronto se enamorarán las doncellas.


Mi traducción es sólo un deslucido reflejo de la belleza del original.