viernes, 29 de octubre de 2010

Francis Bacon de Perez Zagorin

Francis Bacon (Princeton Paperbacks)

Un lector me consultaba por bibliografía sobre Francis Bacon, de quien trataba recientemente en la entrada Scientia potentia est. La verdad es que la Inglaterra isabelina no es un ámbito de mi especialidad, pero he estado leyendo recientemente un libro al respecto que creo que puedo recomendar sin dudarlo. Lamentablemente se encuentra disponible sólo en inglés. Es un estudio de un-recientemente fallecido gran historiador del período, de quien he leído la mayoría de sus obras y me confieso admirador: Perez Zagorin.


La vida de un personaje enigmático

Francis Bacon (1561-1626) es considerado como uno de los fundadores de la revolución científica, cuya obra ejerció una poderosa influencia en el desarrollo intelectual del mundo moderno. Más allá de esta faceta intelectual, Bacón llevó una vida muy variada y dramática como, escritor, abogado, cortesano, hombre de estado e, incluso, practicante del ocultismo. Lo variado de sus habilidades ha dado origen a un extraño debate, pues algunos estudiosos creen que Bacon sería el verdadero autor de las obras de William Shakespeare. Si bien las pruebas son insuficientes, el debate permanece. Aunque ha habido mucha investigación reciente sobre los aspectos individuales de la carrera de Bacon, el libro de Pérez Zagorin es el primer trabajo en muchos años en presentar una imagen completa de todo el espectro de su pensamiento y su influencia.

Una gran introducción a un personaje complejo

Combinando una aguda visión académica y psicológica, Zagorin revela a Bacon como un hombre de singular genio, pero cuya personalidad estaba marcada por profundas paradojas y defectos pronunciados. El libro comienza con un esbozo de la compleja personalidad de Bacon y de su carrera pública. Zagorin muestra que, a pesar de su filosofía idealista y grandes dotes intelectuales, la vida política de Bacon se caracterizó por sus enormes esfuerzos para lograr avances y culminó con su destitución de su cargo como juez por aceptar sobornos. A continuación, se examina la filosofía de Bacon y su teoría de la ciencia en relación con su proyecto para la promoción del progreso científico. El autor muestra cómo el empirismo de Bacon hizo una contribución fundamental al crecimiento de la ciencia. Demuestra la importancia histórica de Bacon como un pensador profético, que, en los albores de la era moderna, predijo que la ciencia se usaría para prolongar la vida, curar enfermedades, inventar nuevos materiales, y crear armas de destrucción masiva. Por último, el libro examina los escritos de Bacon sobre temas como la moral, la política, el lenguaje, la retórica, el derecho y la historia. Zagorin muestra que Bacon fue uno de los grandes teóricos legales de su época, un influyente filósofo del lenguaje, y un historiador de agudo juicio.

Claro y muy bien escrito, el libro pone de manifiesto la riqueza, el alcance, y la grandeza de la obra de Bacon y reúne a las muy heterogéneas facetas de una mente extraordinariamente brillante.

Nueva dirección


Siguiendo adelante con mis planes para “profesionalizar” este blog, he modificado su dirección, dejando la provista por Blogger y adoptando una propia: www.citas-latinas.com.ar. Espero que todos los que tengáis links los actualicéis. De todos modos, la vieja dirección seguirá activa y redirigirá hasta aquí.

martes, 26 de octubre de 2010

Scientia potentia est


El conocimiento es poder

Si tuviera que elegir una cita latina como lema personal, me quedaría, sin duda, con Scientia potentia est, el conocimiento es poder. La misma es susceptible de muchas interpretaciones, pero yo la refiero a la capacidad del conocimiento de mejorar tanto nuestras habilidades y condiciones de vida como las de aquellos que nos rodean. Creo que ese sentido es cercano al que pretendía su autor. La frase procede de la pluma de ese brillante y enigmático personaje que fue el inglés Francis Bacón (1561-1621), a quien con igual justicia podríamos llamar abogado, político, ensayista, historiador, reformador intelectual, filósofo o fundador de la ciencia moderna. Bacon fue una mente brillante que reconoció las limitaciones y el anquilosamiento de los sistemas intelectuales de su tiempo y su incapacidad de aumentar el saber humano. Fue, en consecuencia, un crítico acérrimo del humanismo de su tiempo que, lejos de las ideas de las grandes mentes del Renacimiento, se encerraba en un culto inútil a la Antigüedad como única fuente de conocimiento. Bacon desarrolló, por oposición, una vía empírica para la obtención de verdades de la misma naturaleza que sería la base del moderno método científico.

Todo el conocimiento es mi provincia

Bacón afirmó en una carta a un pariente: "he tomado todo el conocimiento como mi provincia". No se trataba de un alarde vacío. Para remplazar a la educación tradicional -consistente en una mezcla de escolástica, humanismo repetitivo, y una visión casi mágica de la naturaleza-, Bacon propuso un sistema completamente nuevo basado en principios empíricos e inductivos y en el desarrollo activo de las nuevas artes e invenciones, un sistema cuyo objetivo final sería la producción de conocimientos prácticos para "el uso y beneficio de los hombres" y el alivio de la condición humana. Todo ello no significa que Bacon fuera un enemigo del verdadero humanismo, por el contrario, siempre fue un dedicado estudioso de la Antigüedad, pero lo suficientemente inteligente como para aprovechar sus conocimientos y no limitarse sólo a rendirles un tributo vacío. En ese sentido, creo que Bacon representó la verdadera culminación de los ideales del humanismo renacentista.

La desigual distribución del conocimiento

Alguien podría objetar que el desarrollo científico y económico que ha sido uno de los resultados de las ideas de Bacon ha proporcionado a la humanidad muchos males y problemas. Eso es indiscutible, pero creo que los beneficios han sido mucho mayores y que gran parte de los problemas contemporáneos derivan antes de nuestra ignorancia que de los productos del conocimiento. El principal problema es la desigual distribución del “saber” a escala mundial, mucho más injusta todavía que la de la riqueza. Mientras no se logre mayor igualdad en ese plano, el destino de la humanidad siempre estará en peligro.

En mis momentos de mayor optimismo me gusta creer que este blog puede realizar una ínfima contribución para inspirar a otros a seguir el camino del conocimiento y a contribuir a difundirlo.

martes, 19 de octubre de 2010

Un eunuco y un murciélago

La solución del acertijo griego que planteaba ayer aquí es muy simple, aunque es probable que decepcione a más de uno que esperara algo muy ingenioso:

Un hombre que no era hombre: un eunuco

vio a un pájaro que no era pájaro: vio un murciélago

posado sobre un palo que no era palo: posado sobre una caña

y le tiró una piedra que no era piedra: y le tiró una piedra pómez.

A mi me gusta mucho, pero no sé qué opináis vosotros.

lunes, 18 de octubre de 2010

Un acertijo griego

Los banquetes o simposios (del griego συμπόσιον, que podría traducirse como “reunión de bebedores”) eran los distendidos encuentros en que los antiguos griegos se reunían para celebrar todo tipo de ocasiones. En su famoso diálogo El banquete, Platón nos ha dejado una inolvidable imagen de una de esas reuniones en que el humor y el vino podían combinarse con profundos debates filosóficos, políticos literarios, etc. La extensa obra de Ateneo, los Deipnosofistas (El banquete de los eruditos), ilustra a la perfección en sus quince libros la gran variedad de asuntos que podían animar la conversación durante estos encuentros.
Los simposios eran reuniones exclusivamente masculinas, en las que las mujeres sólo podían intervenir como entretenimiento, como las famosas flautistas en el diálogo de Platón. El hedonismo, el dominio del lenguaje y el típico espíritu de competencia griego eran las características centrales de estos banquetes. Un pasatiempo favorito en los mismos era, por ejemplo, la resolución de acertijos. Cada invitado planteaba por turno una adivinanza a otro y debía a su vez resolver una. Quien fracasaba en el intento, se veía obligado a beber su vino mezclado con sal.
Algunos acertijos eran realmente difíciles. Aquí os dejo uno para que probéis vuestro ingenio. Es verdaderamente antiguo, ya que se alude a él en La república de Platón:

Un hombre que no era hombre, vio a un pájaro que no era pájaro posado sobre un palo que no era palo, y le tiró una piedra que no era piedra.

¿Sabéis la respuesta?

lunes, 11 de octubre de 2010

Lucio Cornelio Sila

Sila es una de las figuras más polémicas de la historia de la república romana.  Fue un brillante general, carismático lider y político visionario, pero también un despiadado enemigo, cruel verdugo y dictador implacable. Los objetivos de su vida fueron la obtención de la gloria personal y la preservación del orden oligárquico que garantizaba a algunas familias aristocráticas el control del Estado romano. Para conseguir estos fines consideró legítimo recurrir a los medios más extremos, convirtiéndose en el primer comandante en utilizar las legiones para tomar violentamente la ciudad de Roma e imponer su voluntad política por la fuerza de las armas. Fue también el primero en hacer de la violencia una herramienta central en la lucha política, persiguiendo incansablemente a sus enemigos hasta darles muerte sin piedad ni consideración alguna, como lo ilustran las célebres proscripciones. La ironía es que la constitución oligárquica que Sila se esforzó por proteger sucumbiría finalmente a las mismas armas que éste había diseñado para defenderla.
Según Plutarco, Sila se hizo erigir un monumental sepulcro en el campo de Marte. El mismo estaba decorado con una inscripción en que el dictador afirmaba que nadie le había ganado ni en hacer el bien a sus amigos ni el mal a sus enemigos.

Podéis leer un breve resumen de la carrera de Sila en esta entrada de mi blog monedas antiguas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Google ahora traduce latín

Entre sus innumerables servicios online, Google también ofrece una página de traducción en numerosos idiomas: Google Translate. Lo he probado con frecuencia y es relativamente bueno cuando se trata de las lenguas internacionales más difundidas (como inglés, español, alemán, francés, italiano). Los errores son frecuentes pero logra, en la mayoría de los casos, producir un texto comprensible en el idioma de destino, siempre y cuando la redacción no sea muy compleja.
Hace algunos días Google añadió a los idiomas cubiertos por este servicio el latín y lo anunció en su blog con una entrada redactada en la antigua lengua del Lacio: Veni, vidi, verba verti. Se trata de un testimonio más, si es que alguien cree que éste era necesario, de la vitalidad de esta lengua clásica y lo considero, por lo tanto, una muy buena noticia. Sin embargo, hay que confesar que el entusiasmo inicial se diluye rápidamente cuando uno prueba la capacidad del sistema para realizar traducciones de textos clásicos. Hice varios intentos y el resultado fue siempre desafortunado. Partiendo de un texto latino de mediana extensión y complejidad no puede obtenerse una versión española mínimamente comprensible. Veamos un ejemplo célebre, las tres preguntas con que Cicerón inicia la primera Catilinaria:


Texto original: Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?
Traducción de Google: ¿Hasta dónde tiene que tratar tanto con nuestra paciencia pasado, Catilina? ¿Por cuánto tiempo es que la locura de los suyos aún para burlarse de nosotros? ¿Con qué fin se aventura propia audacia!
Traducción: ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿A qué extremos se arrojará tu desenfrenada audacia?

Los resultados no son mejores si uno realiza traducciones del español al latín. No se trata todavía, en conclusión, de una herramienta útil para el estudiante o el aficionado. A pesar de ello, la capacidad del sistema de aprender de las correcciones de los usuarios permite ser optimista sobre el perfeccionamiento de sus capacidades en el futuro.