lunes, 28 de julio de 2008

Festina lente y el emperador Tito


El reinado de Tito fue el más breve de la dinastía Flavia, extendiéndose sólo por espacio de 26 meses (79-81 d.C). Tito se había distinguido como comandante militar en la revuelta judía, liderando el sitio y captura de Jerusalén en el año 70, una sangrienta operación en la que la ciudad fue arrasada y el gran templo destruido. En sus últimos años de reinado Vespasiano asoció a su hijo Tito al poder para garantizar una sucesión sin problemas. Durante ese período Tito llevó un estilo de vida algo extravagante (por ejemplo, su romance con la princesa judía Berenice) que generó en Roma la desconfianza de que al asumir el poder se revelaría como un nuevo Nerón, listo para someter al Imperio a sus desmesurados caprichos y vicios. Pero los temores se mostraron infundados y el nuevo monarca se mostró un gobernante capaz, justo y clemente. Esta última característica se volvió proverbial y fue celebrada todavía por Mozart en su ópera La clemenza di Tito.



Es en el denario de Tito que encabeza este párrafo que por primera vez en la historia encontramos una representación del delfín en torno al ancla. Fue de una de estas monedas que, según Erasmo, Aldo Manucio tomó este motivo como logo para su imprenta (comentado ya en nuestro post “festina lente”). El gobierno de Tito parece, de hecho, haber estado orientado por la máxima “apresúrate lentamente”. Pese a su brevedad, el mismo se vio enfrentado a una gran cantidad de catástrofes naturales. La erupción del monte Vesubio que destruyó Pompeya y Herculano, un devastador incendio que dejó gran parte de la ciudad de Roma en ruinas e, incluso, un brote de la peste. Pero el emperador se mostró capaz de enfrentar estas dificultades y de alcanzar algunos logros significativos como, por ejemplo, la culminación del coliseo.




La moneda era para los emperadores romanos un importante medio de propaganda. Con ellas circulaban por el imperio el rostro del gobernante y los motivos que éste elegía resaltar para presentar su política. Las monedas de Tito incluyen, en consecuencia, representaciones del Coliseo, o de los elefantes en el expuestos, alusiones al triunfo militar sobre los judíos (monedas con un judío cautivo y la frase Iudea capta), etc. Pero, ¿cómo debe interpretarse en este contexto la moneda con el delfín y el ancla? ¿Se trata, acaso, de una alusión a la sabiduría del gobernante encapsulada en la máxima festina lente? Esta romántica interpretación de los hombres del renacimiento basada en la obra de Horapollo es poco probable. Los eruditos modernos coinciden en que el delfín y el ancla simbolizan aquí a Neptuno, el dios del mar (Mattingly y Sydenham, Roman Imperial Coinage, Vol II, pág. 114). Nuestro denario se enmarca en toda una serie de monedas con motivos religiosos que se presentaban, probablemente, como gestos de devoción a los dioses para aplacarlos ante la sucesión de las mencionadas tragedias.

2 comentarios:

jorge cordoba dijo...

muy interesante la pagina quisiera que me recomiendes bibliografia la Roma Imperial

Unknown dijo...

¡Hola! Me llamo Luz. Escribo desde España. He llegado a tu blog desde la búsquda en Google de la expresión "Festina lente", que aquí es un libro publicado por un conocido mío. Tb. te comento que en mi pasado cumpleaños ( 24 Dic., se acerca ya ) pedí, entre otros, el libro "Diccionario de expresiones latinas", de Víctor-José Herrero Llorente, Editorial Gredos. ¡No se me ocurrió entonces buscar "festina lente" en él!
Bueno, enhorabuena por tu interesante blog.
Saludos:
Luz.