Apresúrate lentamente
El oxímoron es una figura retórica que consiste en la combinación de dos elementos lógicamente contradictorios. Un ejemplo sugestivo de esta unión de lo opuesto es presentado por el proverbio festina lente, apresúrate lentamente. Al color de esta figura se añade aquí la fuerza especialmente contundente de la concisión latina.
En su biografía de Augusto, Suetonio afirma que el primer emperador romano tomó estas palabras como lema personal (Suet. Aug. 25.4). El espíritu de este proverbio se percibe, de hecho, en la siempre mesurada manera con que el hijo adoptivo de César fue modificando las instituciones romanas para cimentar su poder personal. La obsesión de Augusto con esta idea es ilustrada por otro de sus proverbios favoritos:
sat celeriter fieri quidquid fiat satis bene,
Suficientemente rápido se hace aquello que se hace bien
Aulo Gellio y Macrobio también se refieren a la fascinación de Augusto con esta frase. Aparentemente, el emperador la utilizaba frecuentemente en sus conversaciones y la incluía a menudo en su correspondencia (Noches áticas, 10, 11). Para Gellio, la misma idea puede expresarse a través de una sola palabra latina: matura.
La sabiduría encerrada en la máxima festina lente cautivó a sucesivas generaciones. Podría escribirse, de hecho, un largo tratado sobre su uso en diferentes épocas. Su celebridad moderna se debe no tanto a Augusto como a Aldo Manucio y a Erasmo. El gran editor veneciano tomó este adagio como máxima de su imprenta y la estampó en la portada de sus ediciones bajo la forma de un emblema compuesto por un delfín enroscado en torno a un ancla. Este motivo traduce gráficamente el motto latino representando el mamífero marino la celeridad y el ancla la lentitud. Así aludía Manucio al cuidado trabajo con que sus ediciones eran preparadas. El motivo es antiguo, extraído -según Erasmo- de una medalla del emperador Tito.
Aldo Manucio se destaca entre los editores de su tiempo por ser, además de impresor, un humanista de alto nivel. La imprenta por él establecida en Venecia tuvo por objetivo principal la producción de ediciones de los clásicos griegos más importantes con gran rigurosidad filológica y precio accesible. Pero la imprenta de Aldo no se limitó a los textos griegos, pronto comenzó también a publicar clásicos latinos y obras italianas. Para la publicación de los mismos se diseñó un tipo de inigualable belleza. Tanto por su calidad académica como por su belleza tipográfica los ejemplares salidos de la imprenta aldina constituyeron un hito en la historia del libro.
Erasmo incluyó en sus adagios esta frase y le dedicó uno de los tratamientos más extensos en esta obra. Sobre su valor afirma:
Etenim, si vim ac sententiam aestimes, quam haec tam circum cisa vocum brevitas in se complectitur, quam sit fecunda, quam gravis, quam salutaris, quam ad omnem vitae rationemm late patens, profecto facile discesseris in hanc sententiam, ut in tanto proverbiorum numero non arbitreris ullum aliud esse, perinde dignum, quod omnibus incidatur columnis: quod pro templotum omnium foribus describatur, et quidem aureis notis: quod in principalium aularum valvis depingatur, quod primatium inscalpatur anulis: quod regiis in sceptris exprimatur
El oxímoron es una figura retórica que consiste en la combinación de dos elementos lógicamente contradictorios. Un ejemplo sugestivo de esta unión de lo opuesto es presentado por el proverbio festina lente, apresúrate lentamente. Al color de esta figura se añade aquí la fuerza especialmente contundente de la concisión latina.
En su biografía de Augusto, Suetonio afirma que el primer emperador romano tomó estas palabras como lema personal (Suet. Aug. 25.4). El espíritu de este proverbio se percibe, de hecho, en la siempre mesurada manera con que el hijo adoptivo de César fue modificando las instituciones romanas para cimentar su poder personal. La obsesión de Augusto con esta idea es ilustrada por otro de sus proverbios favoritos:
sat celeriter fieri quidquid fiat satis bene,
Suficientemente rápido se hace aquello que se hace bien
Aulo Gellio y Macrobio también se refieren a la fascinación de Augusto con esta frase. Aparentemente, el emperador la utilizaba frecuentemente en sus conversaciones y la incluía a menudo en su correspondencia (Noches áticas, 10, 11). Para Gellio, la misma idea puede expresarse a través de una sola palabra latina: matura.
La sabiduría encerrada en la máxima festina lente cautivó a sucesivas generaciones. Podría escribirse, de hecho, un largo tratado sobre su uso en diferentes épocas. Su celebridad moderna se debe no tanto a Augusto como a Aldo Manucio y a Erasmo. El gran editor veneciano tomó este adagio como máxima de su imprenta y la estampó en la portada de sus ediciones bajo la forma de un emblema compuesto por un delfín enroscado en torno a un ancla. Este motivo traduce gráficamente el motto latino representando el mamífero marino la celeridad y el ancla la lentitud. Así aludía Manucio al cuidado trabajo con que sus ediciones eran preparadas. El motivo es antiguo, extraído -según Erasmo- de una medalla del emperador Tito.
Aldo Manucio se destaca entre los editores de su tiempo por ser, además de impresor, un humanista de alto nivel. La imprenta por él establecida en Venecia tuvo por objetivo principal la producción de ediciones de los clásicos griegos más importantes con gran rigurosidad filológica y precio accesible. Pero la imprenta de Aldo no se limitó a los textos griegos, pronto comenzó también a publicar clásicos latinos y obras italianas. Para la publicación de los mismos se diseñó un tipo de inigualable belleza. Tanto por su calidad académica como por su belleza tipográfica los ejemplares salidos de la imprenta aldina constituyeron un hito en la historia del libro.
Erasmo incluyó en sus adagios esta frase y le dedicó uno de los tratamientos más extensos en esta obra. Sobre su valor afirma:
Etenim, si vim ac sententiam aestimes, quam haec tam circum cisa vocum brevitas in se complectitur, quam sit fecunda, quam gravis, quam salutaris, quam ad omnem vitae rationemm late patens, profecto facile discesseris in hanc sententiam, ut in tanto proverbiorum numero non arbitreris ullum aliud esse, perinde dignum, quod omnibus incidatur columnis: quod pro templotum omnium foribus describatur, et quidem aureis notis: quod in principalium aularum valvis depingatur, quod primatium inscalpatur anulis: quod regiis in sceptris exprimatur
Si consideras el vigor y la riqueza expresiva encapsulada en tan pocas palabras, tan fecundas, tan serias, tan útiles, tan ampliamente aplicables a todas las situaciones de la vida, fácilmente consentirás en que entre tantos proverbios no hay ningún otro más merecedor de ser inscripto en toda columna, de ser copiado sobre la entrada de todos los templos (¡y en letras de oro!), pintado en las grandes puertas de las cortes de los príncipes, grabado en los anillos de los prelados y representado en los cetros de los reyes.
Erasmo cifra en la sabiduría de este proverbio el feliz gobierno de Augusto y Vespasiano, y ve a su editor, Manucio, como el heredero de este principio. En este punto introduce una célebre digresión sobre los malos editores que llenan el mundo de libros de poco valor, para volver finalmente al análisis del adagio. Parafraseando con cierta libertad, podemos decir que Erasmo cree que esta frase puede interpretarse de tres maneras. Primero, en el sentido de que antes de tomar una decisión uno debe meditarla cuidadosamente, pero una vez elegido un curso de acción, el mismo debe seguirse con resolución y celeridad. Segundo, en el sentido de que es necesario moderar las pasiones por la razón. Tercero, en el sentido de que debe evitarse esa excesiva celeridad que es considerada una gran virtud por todos aquellos que ven en cualquier demora un retroceso.
Para Erasmo, quien siga esta máxima siempre actuará en el momento adecuado y en la medida justa. Su vigilancia evitará que sea demasiado lento y su paciencia, que se apresure más allá de lo conveniente.
La rica simbología con la que los autores del renacimiento -especialmente en los libros de emblemas- quisieron representar gráficamente esta máxima constituye un capítulo especialmente interesante de su historia. Ya mencionamos al delfín en torno al ancla tomado como logo por Manucio. Simeoni la ilustró con un escarabajo que atrapa una mariposa; Alciato, con un pez (la remora) enrollado en torno a una flecha. Otras representaciones especialmente bellas indican los principios contrapuestos con una mujer sobre una tortuga, con una tortuga con velas de navío, con una mujer joven y un anciano…
Más sobre este tema: Festina lente y el emperador Tito
Más sobre este tema: Festina lente y el emperador Tito
7 comentarios:
muy interesante tu blog. creo que te leere con frecuencia. Estas invitado a mi blog, espero que te guste. enhorabuena
Todo un hallazgo este sitio.
Enhorabuena por él.
Saludos cordiales!
>Tercero, en el sentido de que debe
>evitarse esa excesiva celeridad que
>es considerada una gran virtud por
>todos aquellos que ven en cualquier
>demora un retroceso.
Este lema, con la tercera interpretación de Erasmo, debería presidir todas las redacciones de periódicos y similares del mundo. De esa forma, la cosa pública, que se mueve al ritmo de esos medios de comunicación, quedaría (¡tal vez!) influida por la segunda interpretación.
¡Enhorabuena por el blog! Un trabajo estupendo
Yo tambien he llegado aqui via "Historia Clasica". Me gusta!! y me lo apunto.
Un saludo
Festina lente y el emblema de Aldo!
Grata sorpresa.
Me ha encantado tu blog, seguiré atento a las nuevas entradas.
Muchísimas gracias por tus palabras! Siempre es agradable encontrar páginas como ésta.
Saludos filológicos desde Santiago de Compostela.
¡Genial frase, genial blog y genial entrada! Procuraré leerte con frecuencia, es una fuente de sabiduría.
Festina lente será mi máxima esta temporada, ¡no me vendrá nada mal!.
Saludos
Una derivación más popular y moderna es el dicho "¡Vísteme despacio que tengo prisa!" o hacer con detenimiento las cosas importantes porque al realizarlas con demasiada premura se pueden hacer mal y acaba uno perdiendo más tiempo en arreglar los entuertos que ha ocasionado la prisa. No obstante me quedo con la fuerza que tiene la cita en latín. Tiene usted unos blogs estupendos.
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