Cincinato deja el arado para asumir la dictadura
Las conexiones históricas son muchas veces sorprendentes. Uno podría preguntarse qué relación existe entre la tercera ciudad del Estado de Ohio y la historia de la Roma antigua. La respuesta sería, una relación estrecha.
La ciudad norteamericana de Cincinnati fue un centro urbano muy importante en el siglo XIX y sigue, en la actualidad, siendo relevante por su historia y cultura. Cincinnati fue fundada en 1788 por John Cleves Symmes y el coronel Robert Patterson. El agrimensor John Filson (más famoso por ser el autor de Las aventuras del coronel Daniel Boone) la bautizó oficialmente "Losantiville", nombre construido combinando cuatro términos, cada uno de un idioma diferente, con el significado conjunto de "la ciudad frente a la desembocadura del río Licking. " Ville en francés significa "ciudad", anti en griego "opuesto", os en latín significa "boca", y "L" fue todo lo que se incluyó de "Licking River". No puede sorprender que este horripilante engendro fuera dejado rápidamente de lado y que en 1790 la ciudad fuera rebautizada. Arthur St. Clair, el gobernador del Territorio del Noroeste, cambió entonces el nombre de la población por "Cincinnati", en honor de la “Sociedad de los Cincinatos”, de la que era miembro. La Sociedad de los Cincinatos es (pues todavía existe – aquí podéis ver su página web) una organización histórica con sucursales en los Estados Unidos y Francia, fundada en 1783 para preservar los ideales y el compañerismo de los oficiales de la Guerra de la Independencia (de los EE.UU.) y para presionar al gobierno para cumplir con las promesas que había hecho a los oficiales que lucharon en ella. A fines del siglo XIX, la sociedad tenía como uno de sus objetivos fundamentales honrar la figura de George Washington, a quien se comparaba con la legendaria figura del general romano Cincinato.
Estatua de Cincinato en Cincinnati
Lucio Quincio Cincinato (519 a.C. - 430 a.C.) fue un aristócrata romano, que sirvió como cónsul en el 460 a.C. y como dictador en el 458 y 439 a. C.
Cincinato fue considerado por los romanos como un modelo de virtud patriótica y modestia política. Un opositor persistente de los plebeyos, cuando su hijo fue condenado en rebeldía y condenado a muerte, Cincinato fue obligado a vivir en circunstancias humildes, trabajando en su propia granja. Tras una serie de derrotas frente a los ecuos, Cincinato fue llamado a servir como dictador, un puesto que le permitía asumir la totalidad de los poderes del Estado, pues se creía que era el único capaz de hacer frente a la amenaza. Tras obtener una victoria completa sobre los enemigos, Cincinato, lejos de sacar provecho de su posición para vengarse de sus enemigos políticos, renunció a su puesto y regresó a trabajar su granja. Este renunciamiento fue ensalzado por la tradición romana como ejemplo de un liderazgo excepcional, que colocaba a la virtud al servicio de un bien común. Como ejemplo, también, de estricto respeto constitucional y de modestia y desinterés en el ejercicio del poder público.
La leyenda de Cincinato carece, muy probablemente, de una base histórica. La misma nos informa más sobre la imagen ideal que de sí mismos tenían los aristócratas romanos que sobre la historia del siglo V a.C. Pero en la historia son con frecuencia esas imágenes ideales y no los hechos reales los que ejercen mayor influencia.
1 comentario:
Buen artículo, del que me hago eco...
http://www.historiaclasica.com/2009/10/de-cincinato-cincinatti-en-2220-anos.html
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