domingo, 1 de febrero de 2009

La filología, el arte de leer lentamente



Quiero compartir con vosotros esta inspiradora definición que de la filología clásica -es decir, del estudio de los textos antiguos- presenta Friedrich Nietzsche:

La filología es un arte venerable que exige a quienes lo practican sobre todo una cosa, apartarse del camino, darse tiempo, tornarse silenciosos, volverse lentos –es como el arte de labrar metales, pero aplicado al conocimiento de las palabras: un oficio que debe ejercerse con simpleza, precisión, cuidado, y en el que no se obtienen resultados si no se procede despacio. Precisamente por eso la filología es hoy más necesaria que nunca, precisamente por eso nos arrastra y nos seduce con tanta insistencia en medio de esta era del “trabajo”, de la celeridad, del obsceno y sudoroso apuro que quiere “todo resuelto” de inmediato, incluyendo libros antiguos y nuevos. La filología no resuelve tan fácil cualquier cosa: enseña a leer bien, es decir, a leer lentamente, de manera profunda, con atención y prudencia, a leer con segundas intenciones, con las puertas abiertas, a leer con sensibilidad en los ojos y en los dedos...” (Traducción de Gabriela Marrón)

Como joven profesor de filología de la universidad de Basilea, Nietzsche ya revelaba muchas de las facetas que se harán presentes en sus obras posteriores. En el mundo griego, sus cursos encuentran una sociedad ideal que sirve de punto de partida para el análisis y la crítica de la cultura alemana de su tiempo. La filología deja aquí de ser solamente una ciencia para acercarnos al conocimiento del mundo antiguo y se transforma en una vía de desarrollo filosófico.

Agradezco a Gabriela Marrón el permiso para citar este pasaje de su excelente blog, que os recomiendo visitéis, especialmente si sois amantes de la literautra.

4 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Me causa mucha alegría que me hayas encontrado, porque eso me da oportunidad de conocer tu trabajo. Creo que compartimos una pasión común, la fascinación por Roma, de la que nunca se deja de aprender. Te seguiré de cerca. Un cordial saludo.

Darío dijo...

Isabel,

Gracias por visitar este blog. Me alegro de entrar en contacto con otro apasionado de la historia de Roma!

Darío

El Guibelino dijo...

Saludos Señor Sánchez:

He leído con asiduo interés sus entradas. Yo estudio Deutsch als Fremdsprache en Colombia pero me fascina la filología. Este apartado de Nietzsche es soberbio. ¿Podría usted permitirme el sitio exacto dónde se encuentra?

El Guibelino dijo...

donde*