Segimundo arribando al Concilio de Constanza
El Concilio de Constanza,
celebrado en esa ciudad alemana entre 1414 y 1418 tuvo una trascendental
importancia. No sólo porque puso fin a un largo cisma de la iglesia o porque
con la condena de Juan Hus dio origen a largos conflictos, sino también porque
fue la asistencia al mismo lo que permitió a Poggio Bracciolini emprender sus
viajes en busca de manuscritos de textos antiguos olvidados, en los que haría
sensacionales hallazgos (tema sobre el que ya traté en otra entrada).
El concilio de Constanza también
nos dejó la bella anécdota que quiero contar aquí. La misma es repetida por
diversos autores citando siempre fuentes distintas. He encontrado la versión
más antigua en la HISTORIA GENEALOGICA Palatino-Neoburgico-Bavarica de
Gottfried Ferdinand von Buckisch und Löwenfels publicada en 1687.
El concilio fue convocado por el
sacro emperador romano germánico, Segismundo de Luxemburgo. En su discurso de
apertura frente a los dignatarios eclesiásticos reunidos, el emperador dijo:
Date operam ut illa nefanda schisma
eradicetur
Esforzaos por erradicar esa
nefanda cisma
Segismundo utilizó la palabra
schisma (cisma), como si se tratara de un sustantivo femenino. Ciertamente la
gran mayoría de los sustantivos latinos terminados en “a” son de género
femenino, pero el término schisma es en realidad un concepto prestado del
griego, σχίσμα. Como muchos otros sustantivos griegos terminados en "ma", σχίσμα
es neutro y ese es, por lo tanto, también el género correcto de schisma en
latín.
Uno de los asistentes al
concilio, un cardenal llamado Placentio (su nombre varía en distintas versiones
de la historia) hizo notar a Segismundo que había cometido un error:
Domine, ista locutio tua est
parum grammatica, cum schisma sit generis neutrius.
Señor, vuestra expresión es
gramaticalmente incorrecta, pues cisma es de género neutro.
Segismundo, visiblemente molesto
porque se lo corrigiera respondió:
Domine, ista locutio tua est
parum ethica.
¡Señor, vuestra expresión es poco
ética!
El emperador preguntó a
continuación quién determinaba que debiera hablarse de esa manera. El cardenal
comenzó entonces a mencionar a antiguos gramáticos como Prisciano y otros cuya
autoridad reafirmaba su corrección. Segismundo todavía más enojado exclamó que
él era el emperador y que estaba por encima de la gramática (Ego sum rex
Romanus et supra grammaticam) y que, de la misma manera en que era el señor
sobre tierras, hombres y leyes, lo era también sobre las palabras y podía, en consecuencia, determinar su género a voluntad.
El cronista comenta que la
respuesta del emperador fue desacertada, pues un lenguaje es un espacio más
amplio que el dominio de un rey. Según algunas versiones de la historia, el
cardenal Placentio se quedó con la última palabra y respondió:
Caesar non est supra grammaticos.
El César no está por encima de
los gramáticos.
La celebridad de esta frase se
debe, sin embargo a que el filósofo Immanuel Kant la utiliza en su pequeño
tratado ¿Qué es la ilustración” (Was ist Aufklärung), como referencia a lo que
debe ser el poder limitado del monarca frente a la libertad de expresión de sus
súbditos.
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